¿Soledad?

Hay un momento en tu vida en el que sientes que ya nada vuelve a ser como antes. Sucede algo que te hace dar una vuelta de 360º a tu forma de pensar y a tu forma de ser. Es difícil determinar qué cambia exactamente, pero te sientes distinta.

Piensas que te has vuelto loca, que las cosas no te cuadran, que no eres como antes, que la gente te siente distinta… pero ya no hay marcha atrás.

Yo estoy en uno de esos momentos y no se como afrontarlo. Estoy dejando pasar los días como las hojas que caen de los árboles: sin pausa pero sin prisa, indiferente a todo lo que sucede a mi alrededor. Estoy esperando a que pase algo que me recuerde: ¡hey, estás aquí…!

Lo peor de estos momentos es que haces evaluación de tu “vida pasada” y piensas en esa gente a la que ya no quieres volver a ver, gente a la que estás deseando perder de vista, pues llevas con ella toda la vida y necesitas cambiar de aires. Haces una selección de las personas que valen la pena..y quizás sobran los dedos de una sola mano.

Necesito desahogarme, gritar, correr, hablar con alguien… pero en realidad nadie puede ayudarme, pues de esto tengo que salir yo sola, nadie puede decirme: tienes que hacer esto, o tienes que hacer lo otro; pues es algo tan abstracto lo que siento que en realidad nadie puede hacer nada. Aunque de verdad que deseo que hubiese al menos una persona que me entendiese.

Te dicen ¿Qué te pasa? ¿Por qué estas tan callada? ¿Por qué ya no te ríes? ¿Y qué contesto? No lo se. Pero a la vez no puedo evitarlo.

Lo único que me consuela es que cada vez que hablo con esas personas, las que no llegan a 5 dedos de la mano, se me pone una sonrisa en la cara, se me levanta el ánimo, aunque no puedan ayudarme, sé que están ahí. Para decir chorradas, o para contarme qué han hecho, para hacerme pensar en otras cosas e incluso para hacerme reir.

Para olvidarme de lo sola que me siento desde que te fuiste de mi lado, y conseguir quizás algún día volver a unir las partes de mí misma que se resquebrajaron aquel 9 de marzo…